top of page

TESTIMONIOS

Nuestros testimonios son lo que nos marcan, lo que nos definen. Muchas veces, ignoramos nuestras propias vivencias por miedo al dolor, al sufrimiento, a la nostalgia. Aquí, no duele.

Karla (22 años): "Supongo que eso de 'todo sucede por una razón' tendrá sentido para muchas cosas, pero en este caso, sigo esperando una explicación de por qué él". - Gran amigo fallece en accidente automovilístico.

Heberto (24 años): "Le escribí una carta de quince páginas. Le conté sueños, le recomendé canciones y le dije cómo va mi vida. Creo que lo que extraño más es eso, platicarle y que me platique. Lo demás era aparte". - Ruptura con novia.

Anónimo#01 (49 años): “Para mí, fue un alivio saber que mi hermana pudo salir de la esclavitud en la que vivía su matrimonio”. - Hermana divorciada por infidelidad de su marido con prostitutas & violencia doméstica, perdió custodia de su hijo en el divorcio.

Eli (21 años): "Algo en mí se fue y se sintió horrible, perdí algo de mí, pero a la vez supe que a fin de cuentas era lo mejor para ella y para mí. Ella me enseñó muchísimo y se lo agradezco profundamente; podría decir que a través de ese gran dolor crecí un poco más como persona". - Ruptura con novia.

Armando (25 años): “Para mí, la ruptura con mi ex fue como si alguien te despertara a la fuerza de un buen sueño que estás teniendo, y del cuál nunca podrás volver a recobrar. Sin embargo, abre la puerta para nuevos sueños”. - Ruptura con novia.

Aarón (21 años): "Conductas y comportamientos obsesivo-compulsivos que se convierten en rutinas y llevan a la decadencia". - Enfermedad emocional & episodio depresivo mayor.

Enrique (23 años): "¿Has visto tu vida pasar frente a tus ojos? Morir ahogado es verla pasar durante una eternidad". Muerte clínica por ahogamiento a sus 8 años de edad. Fue revivido milagrosamente.

Anónimo #02 (22 años): "Cuando supe que mi papá había sido infiel, sentí que se había muerto mi héroe". - Divorcio de sus padres por infidelidad de su padre.

Rolando (25 años): "Me duele ver la emoción que otros padres sienten cuando sus hijos encuentran al amor de su vida, mientras que los míos se resignan a tolerarlo sólo por ser homosexual" - Admisión de homosexualidad por primera vez con sus padres.

Anónimo#03 (22 años): “Tengo pocos recuerdos y son muy borrosos: sus manos, la sonrisa y el asco.” - Violación.

Fernando (21 años): "Me duele irme a dormir con la incógnita de saber si ese dolor es pasajero o fulminante." - Cardiopatía Congénita, enfermedad de nacimiento.

Anónimo #04 (19 años): “No sé si perdí lo más importante de mí, pero algo seguro es que lo perdí por decisión propia y me atormenta” - Aborto voluntario.

Marisol (22 años): "Un secreto descubierto cambia perspectivas, cambia cariños y cambia rencores. A mí me cambió la vida". - Su padre intentó comunicarse con ella durante 19 años y sus familiares siempre se lo ocultaron para "protegerla".

Anónimo #05 (22 años): “El Trastorno de Personalidad Limítrofe (Borderline en inglés), es vivir continuamente en disonancia con tus impulsos, pero a su merced. Es sentir todo, y es sentir nada, todo el tiempo, y perder toda habilidad de demostrarlo. Es no saber quién eres ni cómo embonan las partes que son tú; es querer desaparecer y sentirte culpable de tu impulso autodestructivo. De cierta forma esos dos días (tal vez más, tal vez menos, no recuerdo) que pasé sedado y hospitalizado en el psiquiátrico San Juan De Dios son lo que me salvaron de una vida que ya no quería vivir. No sé. Decidí ya no estar avergonzado de las cicatrices que adornan mi brazo izquierdo, ni de las decisiones que he tomado para llegar a ser quien soy.” - Trastorno de Personalidad Limítrofe.

Marco (21 años): “Aquello que es fundamental no crea al mundo, sino que se inscribe en él. Desesperados buscamos convertir el caos sin fondo de la naturaleza en un amigable y legible mapa. Ver partir a mi madre significó ver retirarse al fundamento y al voltear mi vista alrededor observo impasibles el resto de las cosas. En realidad, el fundamento, el centro de las cosas, nunca existió, lo  presente son marcas que, como cicatrices, hacen eco de tiempo en tiempo frente a una vacuidad sin fondo al que le gustan llamarle ‘porvenir’”. - Fallece su madre por leucemia.

Anónimo #06: “Le envié un mensaje de buenas noches a mi madre, haciéndole creer que estaba lista para dormir cuando en realidad estaba por tomar el camión de las 23:45 rumbo al Distrito Federal. Intenté dormir en el camión, pero los nervios no me dejaron conciliar el sueño. En unas horas más, estaría deshaciéndome de la vida que llevaba en mi vientre hacía más de un mes.  Llegué al amanecer y me dirigí a la clínica Roma, donde me recibió una mujer muy amable. Me hicieron análisis de sangre y me guiaron hasta un cuarto con una pequeña cama y dos enfermeras. Mientras me desvestía, escuché gritos de otras mujeres a las que les realizaban el procedimiento. El único recuerdo que conservo es la imagen de mi mano rasguñando el brazo de la enfermera intentaba tranquilizarme. Desperté junto a otra mujer bajo la misma condición,  sin saber en dónde me encontraba. Me dijeron que había sido muy valiente, que el dolor que había sentido era comparable e incluso mayor al de un parto natural.  Salí de la clínica con dificultad, tomé el metro y me dirigí a la central de autobuses con destino a Guadalajara” - Aborto voluntario.

Tatiana (20 años): “El semestre empezó diferente, tenía muchas ganas de entrar a clases y todo por estar enamorada. La verdad es que todo iba bien, hablábamos todo el tiempo, nos mandamos fotos de cualquier mensada, salíamos y nos divertíamos mucho, incluso conocía a su familia. Un día me dijo que me quería, al día siguiente  me dió flores y al siguiente me dejó de hablar, así de la nada. Creo que está de más decir que me rompió el corazón y sólo me queda decir una cosa: no quiero que me vuelvan a dar rosas”. - Ruptura de corazón.

Anónimo #08 (edad desconocida): "Hija, sé que leerás estas líneas, y espero primero Dios, estés bien de salud. Solo quiero decirte que te amo y extraño, no seré el mejor padre que esperabas o creíste que era. ¡Sí! Tengo defectos y debilidades, ahora sé que es mi naturaleza. De niño, pensaba qué sería de mí cuando creciera, ya de adolescente lo fui descubriendo, y hasta ahora reconocí mis errores, y no me a arrepiento, lo hecho, hecho está. ¿Sabes?, Yo me veo en ti, así de rebelde y fiestero, de carácter y decidida. Creo que por eso chocamos, pero eres mi hija, te amo, solo pido que estés bien de salud y que no olvides que tu padre, bueno o malo; seguiré estando aquí cuando me necesites. Cuídate mucho mi "cachetes", ¡Te amo! Papá." - Padre arrepentido por mala relación con su hija.

Alan (23 años): "A veces no puedo dormir por el miedo que me da saber que un día dejaré de sentir, oler, respirar. Quisiera olvidarme de esos pensamientos, pero cuando menos me lo espero regresan y me perturban. Es frustrante saber que todo terminará, pero nunca he podido, por mas que lo he intentado; creer en algo que me dé la esperanza de que la vida no termina al morir" - Miedo a la muerte.

Melisa (22 años): "Lo quería muchísimo. Era, para mi "yo" de aquel entonces, el mejor en muchos sentidos. Siempre era divertido hablar con él, siempre tenía una respuesta. Él tomaba dos camiones para ir a visitarme diario a mi casa. No le importaba dejar a sus amigos para estar conmigo viendo una película (que yo elegía). Me hacía reír y me escuchaba. Me cantaba, aunque no es el mejor cantante del mundo, pero su voz aún la recuerdo. Teníamos nuestra canción. La vida con él era siempre descubrir algo nuevo de él, de mí, de nosotros. Me apoyaba cuando me sentía triste y nunca me obligó a hacer nada que no quería. Él fue mi primer beso, mi primer gran amor. No recuerdo una sola queja de él. Trataba, desesperadamente, de ser lo mismo para él, de ser la excelente novia que él merecía. Y lo lograba. Por eso cuando me fue infiel, sentí que me estrellaba muy fuerte contra algo. Me devastó. No entendía en qué momento las cosas habían cambiado tanto. Por mucho tiempo, viví con la idea de que había tenido parte de la culpa y me encerraba, en horas de profunda tristeza y deseos de regresar el tiempo. Ahora, él es mi amigo. O por lo menos eso intentamos ser. Nos vemos en reuniones y nos saludamos cordialmente. Lo aprecio, porque es él. Jamás podría volver a ser quien fui y por ende, no volvería con él. Y estoy segura que él también ha cambiado y tampoco volvería a mí. No creo necesitarnos, la verdad. Me acuerdo de él porque si no lo hago, el muchacho que yo tanto quise habrá desaparecido por completo. Prefiero mantenerlo vivo, para mí, porque se lo debo a él y me lo debo a mí. Y sí, duele acordarme, pero al mismo tiempo, es una persona a la que le agradezco infinitamente todo lo bueno y malo que vivimos, porque me convirtió en la persona que soy ahora. He tenido más relaciones y siempre he aprendido algo nuevo y vivo agradecida con aquellos que me quisieron/quieren. Soy feliz, con alguien en mi vida que me ha recordado muchas cosas de aquella relación que me gustó tanto y que imprime en esta nueva relación algo único y que me hace sentir segura y querida. Soy una nueva persona, amando a otra persona igual de maravillosa que yo. Pero vivo con el miedo de volverme a sentir así. Tan alto que puede ser peligroso y doloroso si caigo" - Ruptura con novio por infidelidad.

Lucía (22 años): "Vivir al borde de una crisis, sentir que te ahogas, que todo tu cuerpo tiembla y que todo va mal. No solo es la reacción del cuerpo, es lo que pasó por tu mente en ese momento. No ves salida, desesperación, impotencia, crees que lo peor de este mundo es posible... Es una sensación de pánico insoportable. No quiero que la ansiedad consuma mi vida" - Trastorno de ansiedad.

Anónimo #09 (21 años): "Desde los 12 años me di cuenta que algo no estaba bien conmigo. No fue si no hasta los 16 años que me diagnosticaron depresión clínica y ansiedad generalizada, incluso después de un intento de suicidio me negué a tratamiento. No fue hasta después de que pase 2 meses escondida con mis hermanos por que nos estaban intentando secuestrar; y de que secuestraron, torturaron y asesinaron a mi papá; fue que decidí hacer algo al respecto. No por mí, si no por mi familia que yo sabía que no aguantarían otra pérdida. Intenté hacer cambios yo sola pero no funcionaron, me di por vencida, no aguantaba los ataques de pánico, las noches sin dormir, el no poder mantener amistades. A duras penas pude pasar algunas materias en la escuela, además de ser una carga económica para mi familia y el completo desinterés en vivir, caí más bajo que nunca. No fue hasta que mi mejor amigo y novio me dijo que ya estaba cansado de esto, que estaba afectando a todos a mi alrededor, y que ya no podía estar conmigo. Fui por primera vez a tratamiento. Llevo 6 meses medicada y lo estoy intentando, pero me aterra volver a perder el control" - Depresión clínica, ansiedad generalizada y TEPT.

Dalia (21 años): "Hoy recuerdo la relación más profunda y vivida. Te recuerdo y te pienso latente y tangible. Te siento como antes, como nunca, como siempre te siento porque estás, porque sigues, porque vives. Vives dentro y muy adentro de mi alma y mi sentir, ¿cómo hago, amor mío, cómo hago para huir?" - Ruptura con novio.

Anónimo #10 (20 años): "Le di todo lo que tenía, lo que a mi alcance estaba, pero él nunca lo vio así. Sacrifiqué y arriesgué mucho por él, de alguna manera él no lo valoró, hasta que me cansé de la situación y decidí dejarlo ir. A veces lo veo pasar a lo lejos, pero ya no siento nada. Creo que el dolor fue necesario, porque de alguna manera me hizo fuerte para dejar de poner mi empeño en algo que ya estaba muerto" - Ruptura con novio.

Eduardo (23 años): "Lo difícil no fue ver que el paramédico me dijera 'ya falleció tu amigo'. Lo difícil fue entender que giró el volante justo a tiempo para salvar a los otros dos que iban con él. Fue más grande él en ese instante, que muchos durante toda su vida" - Fallece amigo en accidente de tránsito.

Alexia (20 años): "Sabía que no estaba sola porque los tenía a ellos. Sabía que no era desgraciada porque tenía lo que quería. Me había aferrado todo el tiempo a luchar contra lo que no podía. Me sumergí en un mundo raro, donde al sonreír no demostraba mi lado amargo, donde concentrarme en un mundo de trabajo, escuela y rutina me hacía más productiva pero jamás sentía... Me cargué a los hombros un peso que no me correspondía, una responsabilidad que cada vez me envejecía más. Alivié el dolor de los demás pero hoy siento que ya no tiene sentido mi vida; pensando que quizá escribiendo el peso descargaría" - Cargó con un peso que no le correspondía.

Anónimo #11 (19 años): "Siempre me enseñaron que la familia estaba conmigo en buenas y malas, que cada decisión que tomara en mi vida iba a ser respaldada por ellos siempre y cuando me hiciera sentir mejor conmigo mismo, que con ellos iba a estar seguro y podía ser yo. Es tan irónica la forma en que resultaron las cosas. Cada que hay reuniones familiares, tengo que esconderme, pasar desapercibido, relacionarme lo menos que pueda, porque hay un constante repudio a los homosexuales, chistes, bromas e insultos. Desde que le dije a mi madre, hay un rechazo constante hacia todo lo que hago, porque de alguna forma lo relaciona todo con mi sexualidad: la forma en que me peino, mi caminar, mi hablar, mi risa, y supone que todo lo copio de algún lugar y me repite que es solo una etapa, que pasará. Creo que lo que más me duele son sus palabras, se clavan en mí, me destruyen poco a poco: 'cuando estés conmigo quiero que actúes normal, como un hombre debería'. Solíamos ser tan unidos, siempre me dijo que pase lo que pase me iba a amar, que estaríamos siempre el uno para el otro, en buenas y malas, que su amor por mí era inmenso. Qué triste que ese amor se probara condicional, qué triste que esa relación dependiera de mí cumpliendo sus expectativas. Sigo siendo el mismo, solo que más sincero. Hay mucho más en mí, no solo mi sexualidad, pero no pueden ver fuera de esto, me juzgan como un 'joto' más, no como una persona." - Homofobia familiar y rechazo.

Stanna (19 años): "Se le llama rumiación. Es darle vueltas y vueltas a una sola idea. 'Quiero morir' Lo único que podía pensar. No quiero más dolor, no quiero más soledad, no quiero despertar mañana. ¿Cuántas pastillas son necesarias para morir? 'Quiero morir' Creo que me estoy rompiendo por completo. ¿Alguien se dará cuenta? 'Quiero morir' Mejor me tomo mi medicamento." - Rumiación, deseo de suicidio.

Anónimo (23 años): "Bien dice el dicho que de lo bueno, poco. Suena romántico, ¿no?: pasajero, cercano, intenso, entrañable. ¿Dónde está el dicho: 'de lo malo, mucho'?" - Ruptura con novio.

bottom of page